sábado, 24 de noviembre de 2007

¡SeXo GrAtiS!


Cuando estaba estudiando la carrera de Filosofía, en la Universidad de La Laguna, un grupito de almas inquietas con ganas de comernos el mundo "fundamos" una revista. La llamamos "Raciocidio", haciendo un juego de palabras entre "suicidio" u "homicidio", por una parte, y "razón", por otra. Sacamos 2 números que vendimos a veinte duros cada una (100 pesetas, o sea, 60 céntimos). Como la filosofía, en principio, no vende mucho, decidimos hacer una campaña de marketing agresiva, para promocionar la revista. Empapelamos la facultad con carteles publicitarios que pretendían ser ingeniosos. Uno de ellos decía en letras gigantescas:

¡¡¡Sexo gratis!!!

A continuación, en letra más pequeña, rezaba el cartel: "Ahora que hemos conseguido llamar tu atención, queremos anunciarte la aparición de la nueva revista Raciocidio sobre bla, bla, bla...". No vendimos los 500 ejemplares, casi todos tuvimos que regalarlos y, como toda empresa filosófica, la cosa nos deparó ciertas pérdidas económicas. Pero era tan divertido observar a la gente mirando a un lado y a otro y -tras asegurarse de que nadie lo espiaba- acercarse hasta poder leer la letra pequeña de ese magnífico reclamo en dos palabras: "sexo gratis".

Perdona que haya utilizado la misma artimaña para llamar tu atención. Pero es que este post pretende comentar las respuestas que has dado tú y tus compañeros a la entrada titulada "AbLaCiÓn DeL cLíToRiS" y no me gustaría que dejaras de leerlo.

En primer lugar, felicitarles a todos, porque no ha habido nadie (a diferencia de lo que ocurriera con tareas anteriores) que haya dejado de contestar a las preguntas, bien con un comentario al post, bien con una entrada en su blog.

Es verdad que echamos de menos la presencia aquí de Dah, de Abdelhadi y de Nicoleta... pero ellos tienen aun que culminar una tarea mucho más importante y más difícil que las que en este viaje a éTiCa estamos todos nosotros realizando: aprender a desenvolverse en una lengua que no es la suya. ¡Ojalá puedan ya pronto embarcarse en igualdad de condiciones con todos nosotros!

Hay, pues, tres menos a bordo. Pero en cambio nos acompaña una invitada de lujo, Hinaiseki, cuyos comentarios le agradezco encarecidamente, por ser tan certeros, claros y sugerentes. Gracias, Hinaiseki, estamos aprendiendo mucho contigo.

En segundo lugar, me gustaría que, para próximas tareas de a bordo, cuando la publicación de un post en tu blog sea optativa (como en el caso del que hablo), lo indicaras en "No SóLo éTiCa", dejando un comentario avisándome: "Profe, he publicado la respuesta en mi blog". Algunos de ustedes lo han hecho; pero no todos.

Respecto a las 3 preguntas formuladas en "AbLaCiÓn DeL cLíToRiS", te recomiendo que leas las respuestas que han dado tus compañeros, ya sea en sus blogs, ya sea como comentario a el post en "No SóLo éTiCa". Haré aquí y ahora, no obstante, algunas observaciones.

Daniel Hawthorn y Marco dan en el clavo en cuanto a la primera pregunta. En efecto, la diferencia entre los castrati y las niñas que son sometidas a la ablación consiste en que los primeros acceden de motu propio mientras que a las niñas, la mayor parte de las veces, las obligan. Myriam señala en su blog lo importante que resulta esta diferencia y deduce de ello que no hay nada de malo en la práctica de la ablación del clítoris si ésta es fruto de una decisión voluntaria.

En cuanto a la pregunta "a" ("¿Qué opinas de este argumento esgrimido por las culturas que practican la ablación femenina?") me gustaría que revisaras tu respuesta y comprobaras si has respondido a lo que se pregunta, o bien te has limitado a decir qué te parece la ablación del clítoris. Algunos de ustedes no han sido del todo cuidadosos y han respondido a esto último.

También en la pregunta "b" ("¿Existen en nuestra cultura (España, Europa, Occidente) creencias y valores en torno a la sexualidad similares a los que parecen tener esos defensores de la ablación?") muchos de ustedes se han ido por la tangente y se han dedicado a hablar exclusivamente del machismo que aún impregna en muchos aspectos a nuestra cultura.

Se trataba de fijarse bien en la pregunta y en lo que pide. No se pregunta si hay algo parecido a la ablación del clítoris en nuestra cultura, como muchos han interpretado. Ni si la mujer está tan discriminada en estos lares como en aquellos sitios en los que practican la ablación.

No. Se trataba de decir si existen en nuestra cultura creencias, ideas o valores en torno a la sexualidad semejantes a los que parecen tener quienes piensan que en el goce y el disfrute de la sexualidad hay algo pecaminoso o perverso (que hace que tenga que ponérsele remedio mediante la extirpación del órgano protagonista en lo relativo a la sensación de placer sexual en la mujer).

Y sí. Claro que existen, como muchos de ustedes han puesto de manifiesto. Recomiendo la lectura, por ejemplo, del post que ha hecho César en su blog, o del comentario de Hinaiseki a el post de la AbLaCiÓn DeL cLíToRiS... Son sumamente ilustrativos.

Daniel H. lo expresa con bastante ironía cuando sentencia (como respuesta a la pregunta "b"): "Claro, está la Biblia". La respuesta es correctísima y brillante, aunque para mi gusto peca de excesiva indolencia.

Y es que la religión que tiene a la Biblia como libro sagrado (y en particular la confesión católica) ha sido y es especialista en abominar de todo aquello que suene a "sexo practicado sin otro fin que la mera satisfacción y el mero placer, mas no encaminado a la reproducción".

Ello explica su condena a las relaciones sexuales prematrimoniales, su condena al uso del preservativo, su condena a las personas homosexuales, su condena a la solitaria práctica del onanismo, su condena a que los sacerdotes o las monjas puedan también tener relaciones sexuales normales (no me refiero a las de tipo pedófilo, contra las que no siempre luchan con suficiente ahínco), su condena al aborto bajo cualquier circunstancia...

En fin, a todo eso (y más) me refería en el post anterior cuando decía que a veces "vemos la paja en el ojo ajeno pero no la viga en el propio". Es decir, que la creencia de que la sexualidad es algo que debe estar relacionado con la procreación pero no con el disfrute y el placer no es algo que piensen únicamente quienes se dedican a practicar la ablación del clítoris. No, como puedes ver, se trata de una creencia sólidamente instalada en nuestra cultura; o al menos, en la tradición judeocristiana que la impregna.

Para terminar: ¿significa la reivindicación del placer como una dimensión esencial de la sexualidad que el sexo no tenga nada que ver con el amor? Evidentemente, no.

Ahora bien: ¿es deseable el sexo sin amor? Esta es una pregunta que te dejo para ti. Eso sí, sólo si te apetece responderla...


sábado, 17 de noviembre de 2007

LoS cHiCoS tAmBiÉn LLoRaN



"He aquí mi pacto contigo: serás padre de una muchedumbre de pueblos, de los que saldrán reyes. Tú, de tu parte y tu descendencia, circuncidad a todo varón, circuncidad la carne de vuestro prepucio y ésa será la señal de mi pacto entre mí y vosotros. A los ocho días de edad será circuncidado todo varón entre vosotros, de generación en generación, tanto el nacido en casa como el comprado por dinero a cualquier extranjero que no sea de tu linaje" (Génesis, XVII)


En el post anterior hemos reflexionado acerca de la mutilación genital femenina o ablación del clítoris y la hemos relacionado con el debate entre el universalismo y el relativismo. Veíamos cómo los principales argumentos para defender esta práctica eran de tipo religioso y cultural. Y algunos de ustedes contrarrestaron dichos argumentos apelando a la igualdad que debería existir entre mujeres y hombres, así como al derecho al libre disfrute de la propia sexualidad.


El interesarnos en clase por una práctica como la ablación del clítoris tiene, creo, la ventaja de poner a prueba la doctrina relativista. Pues generalmente a quien se le explica por primera vez el significado de los términos relativismo y universalismo suele resultarle más cómodo el primero. Afirmar que los otros tienen sus propias normas y valores morales y que, por tanto, no debemos mover un dedo para inmiscuirnos en la vida y creencias de esos otros para convencerlos de que están equivocados en lo referente a la vida buena (que es de lo que trata la ética), afirmar ese mensaje relativista, siempre resulta más sencillo y -reitero- más comodo que tratar de justificar por qué tales normas, valores o prácticas morales no son en absoluto buenas. Pero lo más cómodo no es necesariamente lo más justo. El caso de la ablación del clítoris sirve precisamente para sacarnos de esa posible indiferencia en la que el relativismo puede desembocar, haciéndonos ver que en algunas ocasiones es necesario enfrentarse a algunas de las creencias y prácticas morales de los otros.


¿Cuál es, no obstante, el inconveniente de abordar en clase el tema de la ablación femenina? Yo creo que el riesgo que se corre es el de ofrecer una visión de los otros deformada y estigmatizada por los prejuicios de nuestra cultura. Es decir, el peligro de ver la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio. El ejemplo de la ablación femenina puede alimentar el tópico de un Occidente defensor y garante de lo más selecto de los Derechos Humanos, por una parte, y una serie de culturas más o menos bárbaras que, siendo diferentes a nosotros, sistemáticamente los incumplen, por otra. Pero esta visión idealizada de Occidente y maniquea del mundo es sin duda ingenua y falsa. En primer lugar, porque en las culturas de los que llamamos los otros hay elementos de valor que desde la distancia de la nuestra a menudo no alcanzamos a apreciar. El relativismo en este caso sirve para realzar ese valor y para dotar de sentido una práctica o conducta que nos resultaba absurda e incomprensible. Hay mucha más riqueza en las rarezas de los otros de la que nos imaginamos... Y en segundo lugar, esa visión idealizada es falsa porque "en casa" también padecemos muchos de los males que sólo denunciamos cuando se los vemos al otro.

En relación al tema de la represión sobre la sexualidad algunos de ustedes han puesto ejemplos de cómo también se da en nuestra cultura. Daniel Hawthorn ha señalado acertadamente cómo en casi todas las culturas es un valor moral positivo el que la mujer llegue virgen al matrimonio: la nuestra en esto no es una excepción. Hinaiseki ha ofrecido un ejemplo de cómo en nuestra cultura se manifestaba esta represión de la sexualidad femenina: "no dejándola moverse en la cama". Hay muchísimos más ejemplos de cómo nuestra cultura, fundamentalmente en el pasado, aunque algo queda, ha reprimido el libre desarrollo de la propia sexualidad y particularmente el de las mujeres. Te dejo a ti la tarea de encontrar más ejemplos.

Pero volviendo al tema de la mutilación genital, me gustaría que leyeras este artículo, en el que el autor denuncia cómo a veces nuestra tendencia a sólo fijarnos en los errores del otro y a ser muy poco autocríticos nos conduce a situaciones que él califica de hipócritas.

Te propongo darle un poco de vidilla a tu blog y para ello me gustaría que, tras haber leído el mencionado artículo, crearas un post en tu blog contestando a las siguientes preguntas sobre el texto en cuestión:

1) ¿En qué partes del mundo y por qué razones se lleva a cabo la circuncisión masculina?

2) ¿Qué porcentaje de niños varones son sometidos a la circuncisión en Estados Unidos?

3) ¿Qué razones esgrime el autor del texto para oponerse a la circuncisión masculina?

4) ¿Es dicho autor relativista o universalista? ¿por qué?

5) ¿Cómo resumirías la tesis o idea principal que defiende el autor del texto?

6) Expón razonadamente tu opinión personal sobre el artículo que has leído y sobre los datos e ideas que aparecen en él.

El plazo para esta nueva tarea es de una semana: empieza hoy y termina el próximo sábado a la misma hora a la que ha sido publicada esta entrada.

Les recuerdo a los que aún no han comentado la entrada anterior que el plazo es, como dijimos en clase, hasta el miércoles que viene.

Le doy la bienvenida formalmente a Hinaiseki a esta página. Los alumnos de 4ºA no tienen ningún incoveniente en ser enlazados. Al contrario: se muestran favorables a "abrirse al resto del mundo".

Por último, prometo en la próxima entrada cambiar de tercio y no continuar con estos temas tan escabrosos...



sábado, 10 de noviembre de 2007

AbLaCiÓn DeL cLíToRiS

En la clase del martes estuvimos discutiendo acerca de esa práctica moral (o inmoral) tan extendida, principalmente en el continente vecino, conocida como "ablación del clítoris" o "circuncisión femenina" o "mutilación genital femenina".

Nos apoyamos para ello en un texto sacado de internet, aunque de lo que se trataba era de aplicar a un caso práctico el debate entre relativistas y universalistas.

En un caso como el de la ablación del clítoris parece más razonable situarse en el bando de los universalistas que en el de los defensores de esa doctrina ética patentada por los sofistas. A todos nos da hasta grima hablar del tema.

Sin embargo, es necesario analizar las cosas con cierto detenimiento o, como diría Savater: "pensar dos veces lo que hacemos. Y si me apuras, hasta tres y cuatro veces en ocasiones señaladas" (pag. 53). Eso intentamos hacer en clase, con mayor o menor éxito.

En primer lugar, tratamos de "escuchar" a los relativistas, es decir, a quienes dan por válidas las justificaciones que se ofrecen para mantener vigente la práctica de la ablación del clítoris. Con cierto desorden, algún sonrojo y cierta hilaridad contenida por lo escabroso del asunto, fuimos comentando algunas de las 5 justificaciones de la ablación que traía el ya mencionado texto.

Lara mostró su estupor ante la idea de que el niño cuando nace es andrógino y de que un mero rito lo convierte en hombre o en mujer. Sí, la cosa nos resulta extraña. Y sin embargo, un mero rito -hasta hace poco- como el del servicio militar obligatorio ("la mili") nos hacía hombres a los varones de una reciente España algo más bélica. Por otra parte, un mero día (el de nuestro decimoctavo cumpleaños) parece cambiarnos de la noche a la mañana: ya podemos votar, conducir un coche... o ir a la cárcel. Bueno, reconozco que estos cambios no son tan radicales como el de dejar de ser andrógino y convertirnos en hombre o mujer, niño o niña... Pero no dejan pese a todo de ser sorprendentes.

Kevin protestó contra los supuestos beneficios médicos de la ablación. En efecto, las razones esgrimidas parecían tener que ver más con la superstición y la ignorancia que con la medicina. En realidad, el apelar a razones médicas para justificar esta práctica no es muy frecuente cuando se trata de la circuncisión femenina, aunque sí lo es cuando se trata de la circuncisión masculina. Pese a todo, no hay un consenso absoluto en el seno de la comunidad médica en relación a si la circuncisión masculina acarrea más ventajas que inconvenientes desde el punto de vista de la salud, o viceversa, más inconvenientes que ventajas. Si te interesa el tema investiga un poco en google pero te advierto desde aquí que las fotos que te vas a encontrar no son nada agradables.

César nos recordó que hasta hace un par de siglos en Europa se estilaba una práctica en las más altas esferas del mundo de la cultura no muy diferente de la ablación femenina: los castrati. En efecto, constituye un ejemplo en el que otro valor se antepone a la integridad física: la belleza, el sonido, la música. Idéntico razonamiento podría seguir el defensor de la ablación femenina.

Myriam respondió que, paradójicamente, lo que les llevó a castrar a aquellos muchachos que despuntaban en el arte del canto fue precisamente el machismo: el no permitir a la mujer salir a escena y cantar. No había otro modo de fichar a voces agudas.

Alguien ofreció entonces un argumento muy importante que hacía del ejemplo de los castrati algo más aceptable desde el punto de vista ético que la ablación femenina. ¿Alguien recuerda qué argumento era?


Luego tocó el timbre. Quedó por analizar el argumento religioso y el social, según el cual la ablación del clítoris tenía como uno de los objetivos evitar en un futuro que la mujer sintiera placer sexual. Con ello se facilitaba el que la mujer llegara virgen y casta al matrimonio, evitando su promiscuidad, que podía significar el repudio y rechazo del futuro marido. Ésta razón o justificación de la circuncisión femenina no nos dio tiempo de analizarla. Y sin embargo, parece que es la principal, la que más peso tiene en las comunidades que la practican.


Es por ello que me gustaría que te pronunciaras al respecto, respondiendo a estas 2 preguntas:


a) ¿qué opinas de este argumento esgrimido por las culturas que practican la ablación femenina?


b) ¿existen en nuestra cultura (España, Europa, Occidente) creencias y valores en torno a la sexualidad similares a los que parecen tener esos defensores de la ablación? Justifica tu respuesta con ejemplos, si fuera preciso.


Finalmente, para acabar, algunos datos:


1) Aproximadamente 13
5 millones de niñas y mujeres son sometidas al año a la ablación del clitoris en el mundo.

2) La franja centroafricana que recorre el continente de este a oeste incluye a los países en los que es más frecuente esta práctica.

3) La ablación no está vinculada a una religión en concreto: la practican tanto musulmanes como cristianos y otras religiones animistas.

4) Aunque en algunos países africanos se ha conseguido prohibir, la ablación no deja de ser una práctica cultural y religiosa en aumento.


5) El aumento de los flujos migratorios nos pone en contacto con poblaciones para los que la ablación constituye una práctica cultural propia y nos hace (o nos debe hacer) tomar partido por alguna de las dos posturas: rechazo o respeto. Y ello depende en gran medida de qué tipo de doctrina ética asumamos como válida: universalismo o relativistas. Sócrates o Protágoras.

sábado, 3 de noviembre de 2007

éTiCa PaRa aMaDoR


Ni el que está sentado en la butaca es Savater, ni el chico de la corbata roja es Amador ni, probablemente, sea el libro en cuestión el que nos interesa: "Ética para Amador". La foto la tomé en Madrid, hace unos meses, en una exposición de pintura expresionista. No recuerdo el nombre del autor (posiblemente un nombre alemán de difícil pronunciación), pero sí me fijé en que había sido pintado con anterioridad a la primera edición del libro de ética.

Y es que hay que reconocer que la escena parece representar al filósofo donostiarra dándole la chapa a su hijo a cuenta del libro en el que, para colmo, aparece su nombre (Amador) en la portada. ¿No encuentran ustedes hasta un parecido físico con el autor de coloridas gafas? ¿no coincide hasta el color del libro en el cuadro con el de la contraportada de la edición que estamos leyendo en clase? No sé, tanta casualidad y tanto parecido razonable me hicieron saltarme la norma imperante, claramente señalada en varios idiomas a la entrada del museo ("No pictures"), y furtivamente sacar una intantánea, en un momento de despiste del vigilante.

Te cuento todo esto para preguntarte por Savater y por la lectura que estamos haciendo en clase del librito dirigido a su hijo y no sólo a su hijo. Llevamos ya dos capítulos y la sirena nos sorprendió el miércoles a mitad del tercero. Has entregado una tarea relativa a alguno de los dos primeros capítulos. Has tenido tiempo de pegarte un atracón y adelantar por tu cuenta un par de capítulos, o más. No sé, creo que estás ya en disposición de opinar...

¿Qué te parece el libro? ¿qué le dirías a Savater si lo tuvieras delante? ¿has podido investigar un poco acerca del autor, más allá de lo que cuenta él en este libro? ¿qué te parece el modo en que lo estamos trabajando en clase? ¿tienes alguna sugerencia? ¿alguna enmienda a la totalidad?

Me gustaría que crearas un post en tu blog dedicado a Savater, en el que contestaras a algunas de estas preguntas, o bien que simplemente lo hicieras en un comentario a este post.

Eso sí, si te apetece. Es opcional, no es una tarea de a bordo. Eres libre de hacerlo o no. Al fin y al cabo, creo que no eres ninguna termita...